Por LAURA CRUSELLAS, autora de París a fondo
Aunque París es una de las ciudades más hermosas del mundo y por ello requiere dedicarle varios días para visitarla, he comprobado que se pueden recorrer los principales monumentos en tan sólo una escapada de dos días. Para evitar largos desplazamientos, nos alojamos en un hotel próximo a la estación de metro 'Voltaire' y en uno de los barrios más céntricos de la capital francesa, junto a la 'Plaza de la Bastilla'.
Para aprovechar al máximo el tiempo, nos movimos mediante transporte público en metro y cercanías (RER). Al estar sólo dos días sacamos un 'taco' de 10 billetes que tienen un coste de unos 13 euros y sólo tienen un solo uso y para una sola persona. También están los 'Batobús', unos barcos que recorren las aguas del Sena desde la zona de la Torre Eiffel hasta el sur de Notre Dame. Cuestan 15 euros por día y los puedes utilizar durante todo un día las veces que quieras; en nuestro caso lo usamos para recorrer París en nuestras últimas horas.
Llegada. Primera tarde y noche.
Llegamos el viernes por la tarde al aeropuerto de Beauvais y para acceder hasta la capital cogimos allí mismo un autobús por 16 euros que nos dejó cerca del Arco del Triunfo. Tras llegar al hotel, registrarnos y dejar las maletas, fuimos en metro hasta la estación de Trocadero, ya que desde ella se tienen unas vistas impresionantes de la Torre Eiffel. Después de fotografiar el famoso monumento, bajamos las escaleras hasta acceder a los 'pies' de la Torre. Es inevitable tener que hacer filas para subir a ella, pero merece la pena. Se puede subir a pie o por ascensor, así que hay que decidirlo antes de colocarse en una fila u otra, ya que son independientes. Nosotros optamos por subir por las escaleras hasta la segunda planta y después de la segunda a la tercera coger el ascensor; todo nos costó 11 euros por persona.
Tras haber recorrido los diferentes pisos de la Torre Eiffel y haber contemplado la inmensidad de la capital de Francia, fuimos a visitar otro de los símbolos de la ciudad: el Arco del Triunfo. Está a unos 20-30 minutos andando, así que nos compramos unas típicas crepes de jamón de york y queso en uno de los puestos callejeros y llegamos hasta el extremo occidental de los Campos Elíseos. Hicimos foto al monumento iluminado y fuimos recorriendo la gran avenida hacia la Plaza de la Concordia donde cogimos un metro hasta nuestro hotel.
Recorrido intensivo de París
Comenzamos la mañana levantándonos a las 8 horas, desayunamos y fuimos hasta Notre Dame andando ya que había unos 25 minutos. Eran las 9,30 horas y ya había unas 20 personas haciendo fila para subir a las torres de la catedral. Aunque el acceso al interior es gratuito, el ascenso a la terraza del monumento tiene un coste de 8,50 euros para los adultos mayores de 25 años, ya que los menores de 25 años suben de forma gratuita. Cuando fue nuestro turno y tras esperar una media hora, fuimos en un grupo de unas 20 personas recorriendo lo alto de Notre Dame. Fotografiamos las gárgolas y quimeras que observan permanentemente la inmensidad de París y estuvimos algo más de 40 minutos arriba.
Después de allí, cruzamos el río Sena por el Puente Nuevo, uno de los más famosos de París. A continuación visitamos el siguiente puente, el de las Artes, ya que se ha convertido en uno de los más fotografiados por los millones de candados que los 'enamorados' colocan para 'sellar' su amor. Tras quedarnos boquiabiertos con la estampa de tantos candados sobre el Sena, fuimos a ver el museo del Louvre por fuera. Al ser tan breve nuestra estancia, decidimos dejar la visita al interior para otra ocasión y nos dedicamos a pasear por la gran plaza hasta llegar a los jardines de las Tullerías. Al final de este gran espacio verde y en la Plaza de la Concordia, hay una gran noria desde la cual se tienen también unas vistas increíbles de la ciudad.
Nuestra siguiente parada fue la Iglesia Madeleine, un monumento que sorprende a los turistas por su aspecto de templo romano. El acceso al interior es gratuito, por lo que no nos lo pensamos dos veces y contemplamos que la maravillosa fachada no era más imponente que el interior. Subiendo hacia el norte de París, pasamos por otro de los atractivos más bellos de la ciudad, la Ópera Garnier. En este caso, por falta de tiempo y dinero no entramos al interior, aunque nos lo apuntamos para nuestra siguiente visita. Y justo detrás del monumento se encuentran las Galerías Lafayette; una especie de 'Corte Inglés' donde el lujo y glamour no faltan en ninguna de sus plantas.
Hicimos un último esfuerzo para ir andando hasta el Bulevar Clichy, donde está el famoso cabaret Moulin Rouge. Y tras sacar la rigurosa foto con el molino de fondo, cogimos fuerzas para subir las cientos de escaleras que hay en Montmartre para llegar a lo alto del Sagrado Corazón. Una vez allí, intentamos recuperar el aire y nos sentamos a contemplar las maravillosas vistas de todo París desde lo alto de este bohemio barrio. Y después de callejear y empezar a descender, cogimos un metro (el primero del día) para llegar a Los Inválidos. Como eran las 17 horas y justo cerraban a esa hora, no pudimos entrar, pero pudimos fotografiar el imponente monumento. Deambulamos por los Campos de Marte para volver a ver la hermosa Torre Eiffel iluminada, cenamos y nos fuimos directos a descansar tras el agotador día.
Domingo breve en París
Como nuestro avión salía a las 16 horas de Beauvais, teníamos que irnos de París a las 13 horas. Así que decidimos hacer el paseo en Batobús con nuestra maleta en mano y despedirnos de la hermosa capital de Francia desde las aguas del Sena. El recorrido dura una hora y media y se tienen unas vistas preciosas desde esta embarcación. Monumentos como el Petit Palais, el Museo de Orsay o el Puente de Alejandro III que no habíamos podido ver en nuestras 'caminatas', los pudimos fotografiar desde el barco. Y sobre las 12 horas, cogimos con mucho pesar un metro hasta el autobús que nos devolvía de nuevo hasta el aeropuerto rumbo España.
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Relato de un viaje a París. |